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    2019-05-09

    En correspondencia con ese posicionamiento crítico frente this site la propuesta de cambio social de sus respectivos gobiernos, los movimientos sociales tienen entre sus principales objetivos la autonomía material y simbólica, considerada una de las características comunes en el contexto de la amplia diversidad de movimientos sociales actuales en América Latina, junto a la gestación de un nuevo sentido de territorialidad, en tanto que espacio de emergencia de nuevas prácticas y relaciones sociales. La capacidad de autonomía incluso ha llegado a ser considerada elemento central de la definición de estos actores colectivos. El principio de autonomía ha tenido una compleja historia en el pensamiento contrahegemónico, al haber sido rechazado en tanto que esencia, método y forma de las luchas, por parte de determinadas concepciones marxistas, al no otorgarle un valor en sí mismo en una política entendida como correlación de fuerzas. En realidad, la autonomía se define, básicamente como la capacidad de establecer norma y, en consecuencia, derivada de las relaciones de poder. Para Castoriadis, la autonomía implica “dotarse de su propia ley” y siempre resulta, “ya sea social o individual, un proyecto”. La autonomía, cualidad subrayada por todos los casos analizados, ha llevado a calificar a los movimientos sociales latinoamericanos como “una rebelión desde los márgenes (excluidos)” que no centran sus acciones en una vocación de acceso al gobierno. El mst se configuró desde su surgimiento como autónomo respecto a la Iglesia católica, y la estructura sindical y los partidos políticos, si bien otros autores prefieren hablar en términos de una autonomía relativa de las comunidades Sin Tierra, organizadas —eso sí— alrededor de estructuras políticas autónomas que facilitan la movilización. El carácter relativo de la autonomía estaría dado, según este enfoque, por la ausencia de una completa y total autonomía respecto al mundo “exterior” y, de hecho, su articulación en un entramado de relaciones locales, nacionales e internacionales con distintos actores, desde organizaciones no gubernamentales hasta redes de solidaridad. De igual modo, el mocase-vc se presenta como espacio de “autonomía y dignidad” de la población campesina santiagueña, a partir de una vocación —expresada desde su Acta Fundacional el 4 de agosto de 1990— de “diferenciarnos de la forma tradicional de hacer política, que se maneja con promesas incumplidas y que no le interesa promover la unidad y autodeterminación del sector campesino. Sabemos que el mocase debe alcanzar un peso político, pero manteniendo su independencia de los compromisos partidarios”. Del mismo modo, el Fpds destaca que “la reivindicación de la autonomía es parte de nuestra experiencia y de nuestra concepción”. La autonomía está asociada a la disputa, desde sus orígenes, con el “aparato político clientelar de los partidos”, así como por su definición en tanto que “autónomos del Estado, los partidos, las iglesias y las centrales sindicales”, pero también se halla vinculada al hecho de que las asambleas de base sean el espacio donde se genera “el trazo grueso de nuestra política”. También en el mtl la autonomía se considera una cualidad central, al definirse como “una organización de lucha con autonomía de los partidos, patrones, y del Estado” que emerge “de la crisis cultural del sistema”, desde los “excluidos”. Nacida de la que califica como “la peor crisis sociopolítica e institucional” en la historia argentina, la voluntad de movimiento es “construir una práctica contraria a la del sistema dominante”. Este caso es especialmente relevante, pues la autonomía se mantiene como dimensión fundamental, a pesar de la vinculación o coalición entre el movimiento y el Partido Comunista Argentino (pca), resultante de los vínculos previos entre el partido, la Central de Trabajadores Argentinos (cta) y los trabajadores desocupados. Lo más significativo es que esta vinculación, aunque ha sido considerada como una coalición atractiva tanto para los militantes del partido como para los miembros del mtl, se señala que estos últimos incluso obtendrían un mayor beneficio de la misma, pues por ejemplo reciben apoyo —financiero— para sus proyectos productivos, pero no tienen obligación de votar por el pca e incluso lo hacen mayoritariamente al peronismo.