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  • purchase Pyridoxal isonicotinoyl hydrazone Thomas Hoeksema p

    2019-05-31

    Thomas Hoeksema, por su parte, explica la paradoja del título del siguiente modo: “la destrucción (fuego) está moderada por la estabilidad y la armonía (reposo). La relación entre estas dos fuerzas es multidimensional y dialéctica”. Para Hoeksema, el segundo volumen poético de Pacheco se debe entender como “un intento de sintetizar dos fuerzas discordes y antagónicas y de infundir en el caos y en el cambio alguna forma y algún orden”. Además, “la presencia simultánea de reposo y conflagración establece los polos de tensión en este libro y, por lo tanto, en toda su poesía subsiguiente”. Según el crítico, “el reposo debe ser identificado con vida, unión y armonía”, no como un estado pasivo, sino como “un reposo activo debido purchase Pyridoxal isonicotinoyl hydrazone su relación con el fuego. El fuego se identifica con cambio destructivo y muerte, pero tiene que ser un cambio constructivo debido a su relación con el reposo”. Entender la dinámica que rige la imagen del “reposo del fuego” de Pacheco es, entonces, captar el matiz que existe entre la afirmación de “un reposo en el fuego” y “un reposo del fuego” (85-86). Ya que me referiré con frecuencia a la visión heracliteana del fuego, merece aclarar, con todo, que según estudiosos como Brun, se ha simplificado a menudo erróneamente el “fuego” de Heráclito. En el filóso-fo de Éfeso, el fuego no es un simple principio físico sino que encierra varias otras posibles significaciones. Una de ellas alude al “fuego” como una fuerza superior que rige el universo: “en primer lugar el fuego es lo que, en tanto que rayo, dirige el universo”. Ese principio rector se asemeja a una instancia trascendente, lo cual se justificaría por la probabilidad de que “Heráclito, como todos los hombres de su época, pensara que una especie de ‘arriba en sí’ inscribiéndose en una verticalidad cósmica, permitía afirmar que el ‘allí arriba’, donde mora el dios, debe diferenciarse del ‘aquí abajo’ en donde viven los humanos”. El fuego puede aludir también a las leyes propias del cosmos que está “en llamas porque, en primer lugar, está hecho de llamas, de fuego”. Para Heráclito, “el fuego es, en efecto, el elemento primero y el principio de todas las demás sustancias. Él es quien en el transcurso de sus metamorfosis corre a través del agua, la tierra y el aire. Está presente en el ciclo de la materia, de la que reviste todas las formas”. La tercera significación del fuego heracliteano, según Brun, hace referencia a la esencia del universo; el cosmos en sí mismo es fuego y “no ha sido creado por Dios u hombre alguno, pero siempre fue, es y será un fuego eternamente vivo”. Por consiguiente, el devenir del mundo no es sino “aquello por lo que éste se consume”. Una cuarta interpretación del fuego hace de este el fin último del mundo, ya que el universo “está destinado a un incendio fnal”. Sin embargo, matiza Brun, este fin del mundo no se ha de entender en el sentido del Apocalipsis sino que debemos aprehenderlo situándonos en la imagen de una circunferencia donde el fin y el comienzo coinciden (65 y ss.). Buena parte de estas acepciones insisten en la ausencia de toda norma exógena que gobierne la vida cósmica. Todo se desarrolla en la dinámica medular del universo y la energía que mueve todas las cosas es la ley del fuego. El interés de estas aclaraciones es ayudar a esclarecer el sentido melancólico de la expresión pachequiana del “reposo del fuego” tal como la entienden Villena y Hoeksema. Así, el “reposo” sería el ansia de una quietud que no se consigue nunca, porque siempre está perturbada por la vitalidad ígnea de las olas. El “Escolio a Jorge Manrique” de No me preguntes cómo pasa el tiempo, al que ya me tarsals referido, le permite a José Emilio Pacheco reactivar la herencia poética hispánica para proponer nuevos horizontes de lectura a textos consagrados por la tradición literaria y el tiempo. El poema consiste en tres breves versos que dialogan enriquecedoramente con las Coplas… de Manrique, pero enfocándolas desde la perspectiva del fuego cósmico de las transformaciones: